1/12/08

La hora de dormir


En algunas familias el hecho de acostarse, a cualquier hora del día o de la noche, constituye para los padres una lucha con su hijo desde la más tierna infancia. En otros casos la batalla comienza a partir de los dos años, cuando el niño o niña quiere hacer valer su independencia. En algunos casos los niños y niñas simplemente no tiene sueño cuando los padres piensan que deberían tener; otros niños y niñas combaten el sueño como si de un enemigo se tratara.

En algunos casos es posible que el niño o niña no se encuentre realmente cansado. Quizás estamos permitiendo que el niño o niña duerma hasta muy tarde por la mañanas. Por lo que debemos adelantar de una forma gradual, con incrementos de diez minutos, la hora de despertarlo. Utilizaremos el mismo cambio gradual si las siestas son demasiado largas.

Probablemente, la mejor forma de manejar ese conflicto continuo es evitar que la rutina de acostarse se convierta en un conflicto diario. También es importante que no castigue a su hijo con irse a dormir.

Debemos en primer lugar aprender las señales de cansancio del niño o niña: se frota los ojos o los oídos, etc. Acuéstelo antes de que se encuentre demasiado cansado.

Algo que sirve de ayuda en la mayoría de los casos es una rutina a la hora de acostarse, adecuada a la edad del niño o niña y las circunstancias específicas de cada familia.

Esto contribuye a que los niños y niñas activos cambien de ritmo y se encuentren calmados cuando llegue la hora de dormir.

No se trata de crear un programa rígido al que debamos adherirnos durante los próximos diez años; cualquier ritual cambiará y evolucionará a medida que su hijo crece, y probablemente descubrirá que los 15 o 20 minutos que pasa con su hijo en el momento de acostarlo realmente constituye una experiencia agradable.

Tanto el padre como la madre deberán turnarse a la hora de llevar al niño o niña a la cama, de manera que éste no insista en que sea el mismo el que haga los honores todas las noches. A continuación les ofrecemos una serie de consejos que pueden ayudarle en la creación de estas rutinas:

*Recuérdele diez minutos antes que se acerca el momento de irse a la cama, si el niño o niña tiene alrededor de los cuatro años avísele con más tiempo.

*Cree una atmósfera de tranquilidad antes de llevar el niño o niña a la cama para que no se encuentre demasiado estimulado. No sólo es difícil lograr que el niño o niña, excesivamente agitado, concilie el sueño, sino que también es más probable que se despierte durante la noche.

*Incorpore a la rutina de acostarse las actividades de cepillarse los dientes, lavarse o tomar un baño y ponerse el pijama.

*Escoja un libro para leerlo al niño o niña, uno que os guste a los dos. Probablemente el niño o niña se lo solicitará con frecuencia. Lea sólo cuando el niño o niña esté ya en la cama. Alguna vez recítele poesías para variar o cántele una canción en voz suave, con niños y niñas más mayorcitos pueden utilizar un cassette con una de sus canciones preferidas. El ritmo posee un efecto relajante.

*Comente sobre lo que harán al día siguiente.

*Convierta en un acontecimiento importante la tarea de apagar la luz de la habitación sea usted o su hijo quién lo haga. Si tiene miedo a la oscuridad deje un poco de luz en la habitación, hasta que progresivamente vaya superando este miedo.

Con frecuencia los niños y niñas ponen a prueba la paciencia de sus padres alargando los rituales a la hora de acostarse. Establezca normas simples y constantes para ese momento. Sea firme y elógielo a la mañana siguiente por haber permanecido en la cama, así como a la noche siguiente durante las rutinas de sueño.

La televisión

Muchos niños y niñas invierten un increíble número de horas a la semana viendo la TV. Teniendo en cuenta que los programas que ven influyen claramente en los valores del niño o niña, en su percepción del mundo y de la realidad social, los padres tenemos que tener cuidado con el uso de este medio de comunicación por parte de los niños y niñas.


Mientras que los adultos tenemos la capacidad de distinguir la realidad de la ficción, los niños y niñas son ingenuos y crédulos. Tienden a creer todo lo que ven y escuchan y a aceptar todos los puntos de vista que les muestra este fascinante medio audiovisual. Los niños y niñas muy impulsivos o impresionables parecen ser más propensos a expresar la agresividad que ven en la pantalla, mientras que otros tienen más tendencia a las pesadillas.


Para ayudar al niño o niña a usar la TV de manera positiva creemos que los padres han de controlar la elección de programas y la cantidad de tiempo que sus hijos pasen frente al televisor.


Si se quiere que la TV juegue sólo un pequeño papel en la vida de los niños y niñas ( aunque esto no quiere decir que no sea un papel educativo y estimulante en pequeñas dosis ), se han de establecer normas mientras el niño o niña es pequeño, antes de que puedan aparecer problemas .


Sin embargo, en ocasiones la teleadicción no es sólo del niño o niña sino que alcanza a los padres. El aparato, permanentemente encendido, puede hacer que la vida familiar gire en torno suyo. La comunicación verbal entre los padres y los hijos se sitúa bajo mínimos. Además, los niños y niñas se convierten en receptores pasivos de mensajes publicitarios, hablan y juegan poco, por lo que su creatividad y su imaginación no se desarrollan suficientemente.


Para que la TV no sea constantemente el centro de atención, muchos padres optan por situarla en habitaciones poco frecuentadas y seleccionan rigurosamente los programas para los niños y niñas y los adultos.


En todo caso estaremos todos de acuerdo en que la TV se ha convertido en una realidad cotidiana y no puede ser suprimida porque forma parte de un mundo que los niños y niñas deben conocer.


Si quiere que la TV sea educativa en la vida de su hijo se han de establecer normas mientras el niño o niña es pequeño, antes de que aparezcan los problemas. Después, las normas se han de mantener a medida que los niños y niñas crecen. Para comenzar de forma correcta con niños y niñas pequeños se sugiere planificarlo anticipadamente, por ejemplo:


Planificar previamente el horario y encender la TV sólo cuando se vaya a ver el programa deseado.


Proporcionar al niño o niña alternativas. No utilice el televisor como si fuera el canguro, excepto ocasionalmente. Compruebe que el niño o niña practica otras actividades agradables que le mantienen entretenido y ocupado y póngale la TV sólo para programas concretos.


Los padres deben ser siempre directos y claros cuando pretenden que el niño o niña deje de ver la TV por cualquier motivo:


Se ha de intentar siempre que coincida el fin de la sesión pactada con el niño o niña, con el final de un programa. A nadie nos gusta que nos desconecten el televisor a mitad de un programa que estamos viendo.


Adviértale que ha llegado el momento de apagar el televisor.


Si un programa interfiere con la cena, con el momento de acostarse o con otros planes de la familia, es preferible no dar permiso para verlo.


Siempre que sea posible, los padres deberían ver TV junto al niño o niña y, de este modo, hablar de lo que están viendo. Hable de lo que se está viendo, discuta sobre las noticias o incluso enseñe al niño o niña a contemplar los anuncios con ojo crítico.


Tenga en cuenta las siguientes pautas a seguir, le ayudarán a que su hijo no vea tanto la TV y se dedique a otras actividades que le ayuden a desarrollar su imaginación.


¿QUE HACER?


Es aconsejable que los niños y niñas no pasen más de hora y media al día viendo la TV.


Procure que el televisor esté apagado la mayor parte del día. No permita que la vida familiar gire entorno a la pequeña pantalla.


No deje que su hijo asuma la iniciativa en lo que a la TV se refiere. Procure seleccionar los programas y, en la medida de lo posible, acompañarle ante el televisor compartiendo sus inquietudes y enseñándole a desarrollar su sentido crítico.


Trate de habituarle pronto a jugar fuera de casa o lejos del televisor. Llévele al cine, al teatro, al circo y otros espectáculos. Ejercítele en los deportes.


Recuerde que es imposible que un niño o niña utilice la TV de manera saludable si sus padres la emplean de forma inconveniente.

27/11/08

BALEA eta NABIGATZAILEAK

Bale A

DEDUKZIOAK

Matematikak

¿Que cuentos son buenos para la educacion de mi hijo?


A partir de los ocho años empieza a despertarse la emoción artística en tus hijos. Les interesa la descripción detallada del relato. Todas aquellas historias emocionantes o que les mantengan en vilo hasta el final les harán identificarse con los personajes y sentirse parte de la historia.

No olvides que tú juegas un papel muy importante.Tu forma de explicar la historia y de describir los personajes hará que les fascine más o menos el relato.


A esta edad es frecuente que tu hijo te pregunte: "¿Esto pasó de verdad?" o "¿Esta historia es verdadera?". Para satisfacerle procura contarle narraciones históricas, científicas o personales (le encantará que le cuentes anécdotas de tu infancia). Tampoco hace falta que abandones la ficción del todo; no todos hemos viajado por los cinco continentes ni nos hemos bañado en los Mares del Sur, pero podemos poner un poco de salsa a la historia.

Si la anécdota no es del todo cierta debes decir la verdad a tu hijo: "Más o menos me ocurrió algo parecido pero he adornado un poco la historia para hacerla más divertida. ¿Te ha gustado?".

El libroSobre las hadas nos ofrece una selección de cuentos para esta franja de edad que incluye a autores como Andersen, Perrault, Grimm,Wilde, Kipling,Defoe, Dahl, Sand o los cuentos de Selma Lagerlof: El maravilloso viaje de Nils Holgersson.

La narración de cuentos no deja de ser una primera "lectura oral" que puede ayudar a que se despierte en tu hijo el placer por la lectura.


A partir de los ocho años es muy probable que tu hijo prefiera leer sus propios libros a que tú le cuentes historias. Sentirá predilección por algunos temas en especial: aventuras, poesía, historias de pandillas, libros de humor, libros informativos, países diversos, animales, ciencia, deportes, invención y juegos, etc… Alrededor de los 12 años comienzan a interesarse por libros de suspense e intriga, aventuras peligrosas, novelas realistas, biografías…

Te adjuntamos el nombre de una serie de colecciones de libros seleccionados en función de la edad:

A partir de los 8 años
Colección Barco de vapor azul (editorial S.M.). Libros de lectura para niños de más de siete años de edad.
Colección Ala Delta azul (editorial Edelvives).
Colección Morada (editorial Alfaguara Juvenil).


A partir de los 10 años:
Colección Sopa de libros Verde (editorial Anaya)
Colección Barco de Vapor Naranja (editorial S.M.).


Dirigidos a lectores a partir de los nueve años de edad
Colección Ala Delta Verde (editorial Edelvives)
Colección Naranja 10 años (editorial Alfaguara juvenil)


A partir de los 12 años:
Colección Sopa de libros Roja (editorial Anaya)
Colección Barco de Vapor Roja (editorial S.M.).
Colección Azul 12 años (editorial Alfaguara juvenil)
Colección Paralelo zero (editorial Bruño)

La higiene de los dientes

Al principio podemos limpiar las encías del bebé con una gasa o una tela húmeda. Al mantener limpias las encías reducimos el número de bacterias orales y la producción de ácidos, y con ello la erupción dental tendrá menos complicaciones. Cuando erupcionen los primeros dientes y el niño lo permita se introducirá un cepillo infantil de cerdas suaves y mango ancho. A los 2 años se usará pasta dentífrica infantil, utilizando una cantidad similar al tamaño de un guisante y debemos evitar que no se la trague.

Hasta los 6 o 7 años no se considera que el niño tenga la habilidad suficiente para cepillarse los dientes solo correctamente. La mayoría requiere la supervisión de un adulto hasta los 8 años, cuando ya ha demostrado mayor destreza. Debe supervisarse por lo menos dos veces al día: mañana y noche.

Por naturaleza, el niño realizará un cepillado horizontal. Hasta los 6 o 7 años no tiene el desarrollo psicomotor suficiente para aprender a realizar un cepillado de barrido adecuado. Antes de esta edad no hace falta enseñarle la técnica correcta: lo importante es que se cepille los dientes. A los 6 o 7 años puede iniciarse la técnica de cepillado vertical, cepillando desde la encía al diente.Para que el cepillado de los dientes se convierta en un hábito, existen dos factores fundamentales a seguir:

Inicio temprano, al erupcionar los dientes.

La higiene debe ser un acto regular dentro del hogar: al principio la higiene oral puede convertirse en un evento familiar que el niño no debe perderse. De esta manera aseguramos que se cree el hábito que continuará al crecer el niño. Debemos tener en cuenta que el niño aprende por imitación, observando las acciones de sus padres y hermanos.

Lo más indicado sería cepillarse los dientes después de cada ingesta. Por la dificultad que esto comporta, se cepillará por lo menos dos veces al día con una pasta fluorada. Debe insistirse sobre todo antes de ir a dormir, ya que durante la noche el flujo salival está disminuido y las bacterias actúan con mayor rapidez.

La importancia del flúor

El flúor sistémico a través de una ingestión de agua corriente fluorada a dosis óptimas ha reducido el número de caries en un 50-60 % de la población de Estados Unidos. En las zonas donde el agua tiene menor nivel de flúor que el considerado óptimo, la suplementación sistémica mediante gotas o tabletas puede proporcionar la misma reducción en el número de caries. En una situación ideal siempre debería analizarse el contenido en flúor del agua para conocer con exactitud la suplementación necesaria. Los niños deben recibir flúor sistémico, si es necesario, hasta los seis o siete años, cuando aparecen los primeros dientes permanentes. Con la aparición de los dientes permanentes en la boca, si el dentista considera oportuno que hay necesidad de una suplementación ésta debe ser tópica, en forma de colutorio, bien diario (concentración de flúor 0,05%) o bien semanal (concentración de flúor 0,2%). Aparte, y siguiendo los consejos de la Academia Americana de Odontología, el niño recibirá flúor acidulado en forma de gel bianualmente en sus visitas de revisión al dentista. El flúor puede prevenir dos de cada tres caries; por tanto, es un elemento importantísimo en la prevención de la caries.

23/11/08

GABONAK

Jai egun bereziak
datoz abenduan,
kaleak distiratsu
dauzkagu orduan,
opariak, muxuak...
eta otorduan
jan-edanak aukeran
mahai-inguruan,
ez gara berdin bizi
guztiok munduan


DOINUA: Batetikan korrozka, Bizkaiko txerriarena, astronautarena
 

Gure txokoa © 2008. Template Design By: SkinCorner